-Yo desayuno a mil metros de 3000 soldados cubanos entrenados para matarme y no voy a consentir que ninguna boquita de Harvard con su amariconado uniforme blanco venga a decirme como tengo que defender mi país. ¿Está claro?
-¡Coronel Jessep! ¿Ordenó usted el código rojo?
-Hice el trabajo que me encargastéis…
-¿Ordenó usted el código rojo?
-¿Por supuesto que lo hice!, ¡joder!
- Cumplimos órdenes, hijo, cumplimos órdenes o la gente muere. ¿Queda claro?
- ¡Sí Señor!
- ¡Está claro!
- Cristalino
Soy un hombre razonable, pero este jodido calor me esta volviendo loco
—¿Y tú, por qué los quieres tanto? —Porque vigilan el muro. Y dicen: "nadie va a haceros daño esta noche. No durante mi guardia".
—¡Vaya! ¿Así que usted es la tía Ginny? Esperaba a alguien mayor. —Yo también.
El honor no es sólo una pegatina en el hombro.
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