-O formas parte del problema o de la solución; y si no, formas parte del paisaje.
-¿Tienes miedo?
-Claro. ¿Crees que discuto contigo porque estoy contento?
-Claro. ¿Crees que discuto contigo porque estoy contento?
-¿Por qué la tiene él?
-Supongo que para vendérsela a los rusos
-¿Y por qué a los rusos y no a nosotros?
-Supongo que para vendérsela a los rusos
-¿Y por qué a los rusos y no a nosotros?
-Si tuviéramos el dinero para comprarla no os hubiésemos contratado, ¿Entiendes?
-Todo el mundo es amigo, hasta que toca pagar el alquiler.
-Si no te importa, voy a desmayarme
-Aquel río. Bajo el puente. ¿Cómo sabías que era una emboscada?
-Siempre que hay duda, no hay duda. Eso es lo primero que te enseñan
-¿Y quién te lo enseña?
-No me acuerdo. Eso es lo segundo que te enseñan.
-Siempre que hay duda, no hay duda. Eso es lo primero que te enseñan
-¿Y quién te lo enseña?
-No me acuerdo. Eso es lo segundo que te enseñan.
-Así es nuestro trabajo. Nada de preguntas, nada de respuestas. Lo aceptamos y seguimos adelante. Quizá esa sea la lección número tres.
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