martes, 7 de noviembre de 2017

El club de los poetas muertos

-Hay un momento para el valor, y otro para la prudencia. El que es inteligente, sabe distinguirlos.

-¡Oh Capitán, mi Capitán!

-No olviden que, a pesar de todo lo que les digan, las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo (...). Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana. ¡Y la raza humana está llena de pasión! La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería... son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor... ¡son cosas que nos mantienen vivos!

-Cuando lean un libro no consideren sólo lo que piensa el autor; consideren también lo que piensan ustedes.

-La verdad es como una manta que siempre te deja con los pies fríos; la estiras, la extiendes y nunca es suficiente; la sacudes, le das patadas, pero nunca llega a cubrirnos. Y desde que llegamos llorando hasta que nos vamos muriendo sólo nos cubre la cara, mientras gemimos, lloramos y gritamos.

-Carpe diem!

-Toma las rosas mientras puedas; veloz el tiempo vuela, la misma flor que hoy admiras, mañana estará muerta.
-Solo al soñar tenemos libertad; siempre fue así, y siempre así será.

-El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro; y examinándote de la asignatura fundamental: el Amor. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida.

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