martes, 9 de enero de 2018

Million dollar baby

-El boxeo es cuestión de respeto; de ganarse el tuyo, y de quitárselo al contrario.

-Todo el mundo dice que soy muy valiente.
-‎Chiquilla, ser valiente no es suficiente.


-A veces, la mejor manera de dar un puñetazo es retrocediendo. Pero ha retrocedido demasiado, y se ha acabado el combate.


-‎A un boxeador solo tiene corazón solo le espera una buena paliza. Creo que solo he conocido a uno.



-Si dejo de llamarle jefe me entrenará?
-‎No
-‎Entonces seguiré llamándole así.


-Dándole al saco jefe.
-‎No soy tu jefe. Y es el saco el que está dándote a ti.


-Ese hombre dice que me quiere.
-Seguramente no sea el primero que te lo diga.
-‎El primero desde mi papá. ¿Si gano me propondrá matrimonio?
-‎Si ganas lo haré yo.


-No era el combate principal. Era el de semifondo de un combate de semipesos por el título. Pero nadie que estuviera allí podría decirte quien más boxeó aquella noche.


-Cómo está aquella chica?
-‎Tiene conmoción cerebral y un tímpano destrozado.
-‎Se recuperará?
-‎¿Y si no?
-‎Podría enviarle algo.
-‎Puedes enviarle tu talón si quieres. Seguro que lo aceptaría.

-¿Nunca has tenido un perro?
-‎No. Lo más parecido fue un peso medio de Barstdowle.


-Solo te tengo a ti, Frankie.
-‎Sí, pero me tienes.


-¿Hablas del boxeo? No, nunca lo dejaré. Me gusta demasiado su hedor.


-Eres el hombre más cruel que he conocido. No me extraña que no te quiera nadie. Me recuerdas a mi papá.
-‎Pues debía ser un hombre inteligente. Y muy guapo.

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