-Vamos allá donde queremos, en eso consiste una embarcación, ya lo sabéis. Pero una nave no es solo una quilla, un casco, una cubierta y unas velas. Lo que es una nave... lo que la Perla Negra, representa... es la libertad.
-¿Y si pasa lo peor?
-Acogeos al código.
-¿A qué código ha de acogerse Gibbs si ocurre lo peor?
-Al de los piratas. Cualquier hombre que se queda atrás, se deja atrás.
-No hay héroes entre los ladrones, ¿eh?
-Para tener tan pésimo concepto de los piratas, vas camino de convertirte en uno de ellos. Me has ayudado a escapar de la cárcel. Te has llevado un barco de la Marina Real. Has navegado con un bucanero hasta Tortuga. Y estás completamente obsesionado con un tesoro.
-Eso no es cierto. Yo no estoy obsesionado con ningún tesoro.
-No todos los tesoros son de oro y plata, amigo.
-Es la Perla
-¡La Perla Negra! He oído historias. Ha atacado barcos y poblaciones durante cerca de diez años. Nunca deja supervivientes.
-Si nunca deja supervivientes, ¿esas historias quién demonios las cuenta?
-Arrasa con lo que veas.
-¡Y generoso no seas!
-Las peleas justas no resultan muy estimulantes.
-Esto es una locura, o una genialidad.
-Es sorprendente lo a menudo que coinciden esos dos conceptos.
-No os queda plomo ni pólvora. Una brújula que no señala al norte. (Desenvaina la espada) Oh. No sé por qué esperaba que fuera de madera. Es evidente que sois el peor pirata del que he oído hablar.
-¿Pero habéis oído hablar de mí?
-Caballeros! My lady... Siempre recordareis este día como el día en que casi capturáis, al Capitán Jack Sparrow!
-¡No!¡No lo hagáis! ¡Deteneos, eso no! ¿Qué estáis haciendo? Habéis quemado la comida, la sombra, el ron.
-Sí, ya no queda ron.
-¿Por qué no queda ron?
-Primero: porque es una bebida repugnante que convierte al hombre más respetable en un sinvergüenza. Segundo: esa señal mide más de 35 metros. Toda la Marina Real me está buscando. ¿Realmente pensáis que existe una mínima posibilidad de que no la vean?
-¡¿Pero por qué no queda ron?!
-¿Dónde está Elizabeth?
-Está a salvo, tal como prometí. Se va a casar con Norringthon, tal como ha prometido. Y tú tienes que morir por ella, tal como prometiste. Todos somos hombres de palabra, sin duda. Excepto Elizabeth que, de hecho, es mujer.
-No soy honesto. Y de un hombre que no es honesto solo se puede esperar que no sea honesto. Honestamente, es con los honestos con los que hay que tener cuidado. Porque nunca se puede prever cuando harán algo absolutamente absurdo.
-Ahora, mientras estás ahí colgado, presta atención. La única regla que realmente importa es ésta: lo que un hombre puede hacer, y lo que no puede hacer. Por ejemplo; tú puedes aceptar, que tu padre era pirata, y un buen hombre, o no aceptarlo. Pero tú tienes sangre pirata hijo y algún día tendrás que asumirlo. Y ahora yo, por ejemplo. podría dejar que te ahogaras. Pero no puedo llevar este barco a Tortuga yo solito, ¿entiendes? Así que... ¿Eres capaz de navegar bajo las órdenes de un pirata? ¿O no?
-¿Tortuga?
-Tortuga.
-¿Cómo vamos a llegar a una isla que nadie sabe dónde está? ¿Y con una brújula que no funciona?
-Sí, la brújula no apunta al Norte. Pero no buscamos el Norte,
¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario